Condiciones Frecuentes En Las Mujeres
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Por: Dr. Norman González Chacón
La enfermedad inflamatoria de la pelvis (P.I.D.) o salpingitis, envuelve el útero y las trompas de Falopio produciendo inflamación y abscesos en esas áreas. Su tratamiento convencional es de antibióticos, y si el problema persiste, su médico le recomendará cirugía extirpatoria.
Durante el proceso inflamatorio pueden estar presentes algunos agentes infecciosos oportunistas como la clamidia, gonorrea y algunos tipos de baterías coliformes.
El avance de esta molesta condición en mujeres jóvenes se origina debido a los cambios en la mucosa vaginal que causan una inflamación llamada vaginitis. Esta generalmente es agravada cuando la actividad sexual es frecuente o por el uso de píldoras anticonceptivas que disminuyen o suprimen las hormonas naturales. Este tipo de vaginitis o vaginosis también ocurre después de la menopausia debido a que la falta de hormonas predispone a la mujer a sufrir este tipo de infecciones aun cuando no esté activa sexualmente. En todos los casos, el tratamiento de reemplazo natural de hormonas con cremas transdermales, ha resultado ser una alternativa segura y satisfactoria para este tipo de casos.
Otro de los problemas que se manifiestan en estos casos es la formación de quistes o fibromas. La formación de quistes ováricos es un fenómeno causado por desbalances hormonales. Cada mes, uno o varios de los folículos ováricos se desarrollan por la acción de la hormona folículo estimulante (FSH), que promueve la ovulación y la transformación del folículo del cuerpo lúteo que a su vez produce la progesterona. En los primeros años del ciclo, mujeres jóvenes tienden a sangrar en el lugar del folículo. Estas pequeñas hemorragias que no se ven porque son internas y no son la regla, provocan contracciones dolorosas y un poco de fiebre cerca de los catorce días entre períodos. La hiperestrogenia o efecto dominante de los estrógenos sobre los ovarios, producen quistes que crecen rápidamente y aumentan la inflamación y la incomodidad. Si en estos días se añade progesterona, aumenta la acción de esta hormona y se neutraliza los excesos de estrógenos. De esta forma se inhiben los centros hipotalámicos que ordenan el exceso de producción de FSH y LH permitiéndole al sistema estabilizarse mediante un proceso natural. No todos los estrógenos son equivalentes en su acción sobre el tejido mamario. De los tres principales estrógenos naturales, el estradiol, es el más estimulante del tejido del seno; la estrona, es la segunda y el estriol, por mucho es el menor. Durante el embarazo, el estriol es el estrógeno dominante. Este se origina en la placenta en altas cantidades, mientras que durante esa etapa la producción de estradiol y estrona es mínima.
Dado el caso que todos los estrógenos compiten por los mismos receptores, se puede concluir que las altas concentraciones de las dos hormonas del embarazo, progesterona y estriol sean los impedimentos de que se produzca cáncer, mientras que los otros estrogénicos y estrona, sean los que se consideran peligrosos por su tendencia a aumentar el riesgo y la tendencia a esta enfermedad.
En un importante estudio hecho por Lemon y Cols., que fue publicado en la JAMA del 27 de junio de 1966, se reportó que las mujeres con cáncer de seno excretaban entre un 30 % a un 60 % menos de estriol que los casos normales de control y que la remisión, de cáncer en pacientes recibiendo terapias endocrinas correlativas al cáncer en remisión, era mayor cuando menos estriol se utilizaba. Otros estudios revelan que la estrona y el estradiol producen propensión al cáncer tanto en mujeres histerectomizadas como en hombres castrados que carecen de estriol.
Surge con la claridad de los estudios, que cada año que una mujer pasa en terapia de estrógenos y anticonceptivos, aumenta de manera proporcional el riesgo de desarrollar cáncer. Otra conclusión importante indica que las mujeres histerectomizadas por cáncer cervical, antes que el cáncer hiciera metástasis, recibieron un aviso muy claro y de gran significado de alejarse final y definitivamente de la acción de los estrógenos. Por tal razón, estas mujeres deben hacerse la prueba de hormonas y aprovechar al máximo las progesteronas naturales que están disponibles.
La tendencia general a trastornos en el ciclo, en la ovulación y los síntomas premenstruales, es la señal de una posible formación de quistes o de la génesis de un fibroma. Este es un fenómeno moderno que es consecuencia del predominio estrogénico (hiperestrogenia) que afecta a la población femenina moderna desde que se comenzó el uso de hormonas aceleradoras del crecimiento en la crianza de animales para consumo comercial.
Aunque no ha sido fácil establecer las relaciones conclusivas de este señalamiento debido a la gran oposición de los grupos de interés que defienden todo lo que de una u otra forma pueda abaratar los costos de producción y acelerar el crecimiento, el asunto ha trascendido a la luz pública con mucho más crudeza, desde que se inició la controversia entre el Mercado Común Europeo y el Departamento de Agricultura Federal de los Estados Unidos en torno a la gran contaminación de los productos animales con hormonas. Todos los derivados de estos productos contienen lo que se puede considerar como altas concentraciones de hormonas, estas representan el 80 % de la dieta nacional y están siendo identificados como los agentes que actúan en el organismo provocando la hiperestrogenia.
Esta es la causa de casi la totalidad de todos los desbalances reproductivos, sexuales y hormonales que venimos señalando.