La Alimentación Deportiva

La Alimentación Deportiva

La Alimentación Deportiva
Dr. Norman González Chacón

Se les ha hecho creer a los atletas, a los competidores, a los gimnastas, a los boxeadores, a los maratonistas y a todos los que de una u otra manera entrenan para competir, que necesitan alimentarse con altas dosis de proteínas provenientes de la carne de animales.

Tanto dietistas como nutricionistas que participan en la preparación de la dieta para el atleta siguen una tradición absurda que no está basada en evidencia bien establecida sobre estudios científicos donde se establezca comparativamente la diferencia entre una alimentación vegetariana y una alimentación carnívora.

Aunque se han realizado experimentos científicos y existe una evidencia contundente que establece la superioridad que se puede obtener de una dieta vegetariana en el rendimiento general de cualquier atleta, no importa la disciplina en que se emplee, no resulta simpático, no se ha tenido éxito en convencer a los atletas de que su rendimiento general y la propensión a lastimaduras serias se reduce en un gran porciento cuando se adopta una dieta vegetariana porque quienes intervienen en la recomendación no tienen ni la convicción ni el conocimiento necesario para confeccionar un programa nutricional de alto rendimiento.

Esta es una de esas situaciones en la vida donde los impedimentos de unos pocos, influyen en el éxito y en el rendimiento de muchos. Es mucho más fácil seguir la línea de menor resistencia y aprovechar el gusto por la comida popular, que luchar contra los apetitos pervertidos de los atletas que han establecido su adicción a la comida fácil y común.

El cambio es un elemento social que requiere de una convicción firme y de una decisión irrevocable para que pueda tener el éxito deseado, pero se puede hacer de diferentes maneras y una forma de hacerlo es transicionalmente para aminorar el impacto del gusto, de la adicción y de la resistencia sicológica. Se le ha hecho creer a la gente que por cuanto mas ejercicio se haga, mejor salud se obtiene y esta es una mentira que de tanto propagarse parece una verdad absoluta.

En el campo de entrenamiento, las limitaciones físicas del máximo rendimiento de un atleta pretenden ser superadas con entrenamiento y más entrenamiento. La premisa que justifica este comportamiento erróneo es que “la practica lleva a la perfección”. Este es otro mito que se establece sobre premisas que no siempre se ajustan a la realidad. La realidad nos enseña que el sobre entrenamiento, prácticamente puede “quemar” a un atleta a tal extremo, que lo lesione física y mentalmente, a tal grado, que nunca se reponga de su frustración. Esto lo vemos a menudo cuando se entrena con grupos heterogéneos donde unos están más pre-entrenados que otros. Para los menos adaptados es un reto que a veces no logran superar y su competencia del entrenamiento los puede sacar del interés en prepararse para competir profesionalmente. Muchos atletas promisorios se han malogrado en los grupos de entrenamiento colectivo porque se han frustrado inicialmente.

Tanto la alimentación, como la preparación mental y física de un atleta, tienen que ir de la mano para que ninguna de ellas sobrelleve a la otra y que ninguna se quede rezagada ante el reto de las demás.

Por lo tanto, la importancia de la preparación mental del atleta tiene que ir a la par con el entrenamiento y este tiene que ir de acuerdo a un plan de ejercicios encaminados a perfeccionar el arte y a una nutrición que permita extender el máximo del rendimiento sin daño corporal.

Si estas áreas no son supervisadas por un seguimiento matemático de cómputos de rendimiento, se corre el riesgo de caer en los excesos que cada una de estas fases puede crear en el atleta:

1. La pobre preparación mental
2. La pobre preparación física
3. La pobre preparación nutricional

De la misma manera, se puede incurrir en el error de sobre-estima la preparación en esas mismas áreas:

1. La sobre-preparación mental
2. La sobre-preparación física
3. La sobre-alimentación nutricional

No tenemos que abundar en que cualquier extremo en la preparación de un atleta puede ser determinante en su rendimiento general y en la capacidad, no solo de entrenar sino de competir para ganar.

No hay dudas en cuanto a que un atleta vegetariano produce un rendimiento mayor que uno que no es vegetariano. Además, el rendimiento del entrenamiento es mayor y no necesita sobre-entrenarse para mantenerse en forma debido a que no acumula acido láctico y sus periodos de descanso y recuperación son menores con menos esfuerzo y ejercicio.

Algunos atletas famosos que son o han sido campeones mundiales en sus diferentes disciplinas son Dave Scott (cinco veces campeón del trialo Hawaiano), Martina Navratilova (tenista famosa), Edwin Moses (Campeón olímpico) y muchos otros, algunos de los cuales son competidores de muchos años y de muchas pruebas.
La mayoría de ellos, mal orientados por los nutricionistas convencionales, desconocen la efectividad del alimento sencillo basado en carbohidratos de buena calidad como la papa y zanahoria, y son inducidos a sustituir proteínas de origen animal por proteínas de fuentes vegetarianas como nueces, granos secos y cereales como el arroz y el pan que son altamente inflamatorios. Esto no permite que la alimentación sea tan disímil como para hacer una gran diferencia debido a que todas las fuentes de proteínas vegetarianas también son productoras de residuos nitrogenados y de ácido láctico, y no han una marcada diferencia como cuando se alimentan de papas y zanahorias.

La idea de los nutricionistas convencionales, a los cuales les llamamos cariñosamente “desnutricionistas”, de sustituir las proteínas de la carne de animales y de los productos derivados de la leche, queso, y huevos por otras proteínas como el tofú, los granos secos, nueces y maní, lo cual no hace mucha diferencia pero que ellos creen que un atleta entrenado fuertemente, tiene que estar comiendo barras de proteínas de semillas y nueces para mantener el balance homeostático del organismo y eso no es así, porque proteína por proteína; no hace la diferencia sino todo lo contrario.

Mientras más proteínas se consumen, más sales minerales se descomponen y más agua necesita el atleta, que se deshidrata fácilmente y tiene que estar dependiendo de bebidas minerales y electrolitos. Esto lo que provoca es una recarga adicional a los riñones y pérdida de energía, de electrolitos y por consiguiente, de rendimiento. Cuanta más proteína se consume, más agua necesita el organismo para mantener la homeostasis.

Esta información no solo aplica para los fisiculturistas y los atletas, le aplica a vegetarianos acomplejados por los desnutricionistas convencionales que se pasan metiéndole miedo a la gente de que los vegetales desnutren a la gente, cuando son ellos los que por los últimos 60 años le han estado mintiendo a la gente con el tema de la proteína y de los vegetales.

Si hacen una breve historia de la nutrición que se enseñaba en las escuelas hace 30, 40, ó 50 años atrás, y la comparan con la de hoy en día, van a notar que ellos han tenido que corregir las tablas 3 ó 4 veces en 30 años, lo que promedia, un cambio cada 10 años de la tabla de valores nutricionales que originalmente era un círculo que luego se convirtió en pirámide y que ahora, no encuentran qué hacer con ella, para no dar la impresión de que estuvieron equivocados por todo ese tiempo y que no lo quieren aceptar. Por eso, modifican y modifican la pirámide, y ahora la quieren convertir en una tabla paralela, pero no se les ha hecho fácil porque la información científica que va saliendo de los últimos adelantos y estudios que se han dado a luz, las paralizan y los delatan públicamente, y aunque usted los oye en la radio y en la televisión informando de desnutrición, lo que han tenido que hacer es endosar a la industria de la desalimentación comercial auspiciando productos que ya la gente sabe que no son lo que dicen que es y que no le hacen caso a esos anuncios comerciales.

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1 comment

Excelente, Cristo Jesús lo continúe bendiciendo, amén.

Mario

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