Maquina de Ozono
Maquina de Ozono
¿Qué es el ozono?
El ozono (O3) es una molécula compuesta por tres átomos de oxígeno. Se forma cuando las moléculas de oxigeno son excitadas lo suficiente para descomponerse en oxigeno atómico, de dos niveles energéticos diferentes, y las colisiones entre los diferentes átomos son los que generan la formación del ozono.
Es una forma alotrópica del oxígeno, es decir, es el resultado de la reordenación de los átomos de oxígeno cuando las moléculas son sometidas a una descarga eléctrica. Por tanto, es la forma más activa del oxígeno.
¿Cuáles son las propiedades del ozono?
Por su propia naturaleza, el ozono es altamente oxidante, por lo que se encarga de desinfectar, purificar y eliminar microorganismos patógenos como virus, bacterias, hongos, moho, esporas…
El ozono puede eliminar los malos olores atacando directamente sobre la causa que los provoca (sustancias pestilentes), y sin añadir ningún otro olor para intentar encubrirlo, como hacen los ambientadores.
A diferencia de otros desinfectantes, el ozono no deja residuos químicos puesto que es un inestable y se descompone rápidamente en oxigeno por efecto de la luz, calor, choques electrostáticos, etc.
Usos del ozono ¿Cómo se genera?
El ozono se puede producir artificialmente mediante un generador de ozono u ozonizador. Estos aparatos introducen oxigeno del aire al interior y pasa por unos electrodos que generan una descarga de tensión eléctrica (llamada “Efecto Corona”). Esta descarga separa los dos átomos que forman la partícula de oxígeno y, a su vez, hace que estos átomos se unan de tres en tres creándose una nueva molécula, el ozono (O3)
El ozono, gracias a sus propiedades oxidantes, es considerado uno de los agentes microbicidas más rápido y eficaz que se conoce, pudiendo actuar sobre un amplio numero de microorganismos como bacterias, virus, hongos y esporas. Todos ellos son responsables de problemas de salud en humanos y también de malos olores. El ozono inactiva estos microorganismos por reacción con enzimas intracelulares, material nucleico y componentes de su envoltura celular, esporas y cásidas virales. De este modo, los microorganismos no pueden mutar y ofrecer resistencia a este tratamiento ya que se produce la destrucción del materia; genético. El ozono actúa oxidando las partículas de las membranas celulares, asegurándose la no reaparición de esta.
El tratamiento con ozono es inodoro, por lo que no solo se encarga de desinfectar y neutralizar cualquier tipo de olor, sino que no refiere olores particulares al final del uso. Hay que destacar que el ozono además, no produce ningún residual, ya que al ser una partícula inestable tiende a volver a su forma original, el oxigeno (O2), siendo, por tanto, respetuoso con el medio ambiente y los productos, y garantizando el bienestar de las personas.
Ozono como desodorizante: elimina todo tipo de olores
Otra de las funciones del ozono en su capacidad para eliminar de raíz malos olores de cualquier tipo sin dejar restos residuales. Este tratamiento es muy útil en espacios cerrados donde no se suele renovar el aire constantemente. En este tipo de espacios, y además si hay una gran afluencia de gente, se generan olores desagradables (tabaco, comida, humedad, sudor, etc.) debido a las moléculas en suspensión y la acción de los distintos microorganismos sobre ellas.
El ozono ataca a ambas causas, por un lado, oxida la materia orgánica, además de atacarla por ozonización y por otro lado ataca a los microbios que se alimentan de ellas. Existe una amplia gama de olores los cuales pueden ser atacados por el ozono. Todo depende de la naturaleza de la sustancia causante del olor. Según dicha naturaleza se podrá establecer su vulnerabilidad hacia la acción del ozono, y las dosis que este requerida para su eliminación. El resultado de una correcta ozonización es que en los sitios donde existan malos olores, no huele a nada.